jueves, 19 de julio de 2012

El primer día del resto de mi vida.

Hay cosas que una no puede hacer sola. Discutir, subirse y sujetar una escalera a la vez, o doblar una sábana de esas de cama de matrimonio. Yo toda mi vida he pensado que lo ideal era vivir en pareja, por muy extraña que fuera la pareja. De echo hay parejas que acaban convirtiéndose en trios, parejas que se van quedando sin pareja, porque no se puede evitar el miedo de no estar a la altura. Hay parejas que son imposibles por definición, por historia y por física, aunque no por química. O parejas en las que la química se ha ido gastando aunque sigan compartiendo una familia. Familias donde, en algún momento, hubo una pareja. Parejas que fueron en algún momento, y ya no son nada. Y éso es lo que más miedo da en la vida, cuando la pareja se rompe. Sea por lo que sea, la primera sensación que se tiene es de pánico, un miedo atroz al cambio, a la pérdida de control sobre nuestras vidas. Un miedo atroz a estar sola. Pero cuando se llega a esa soledad, una se da cuenta de que la ruptura puede llevarnos a un lugar mejor. Hoy es el primer día del resto de mi vida. Porque desde hoy, creo que lo más importante en esta vida es saber volar sola

Ya sé por qué te quiero.

¿Sabes? Ya sé por qué te quiero. Te quiero porque eres casa. Da igual lo que pase ahí fuera, porque juntos somos casa y todo está en paz. Vienes aquí y te duermes en mis brazos, y yo me quedo toda la noche mirándote porque es lo más bonito que puedo hacer. Tú eres mi casa. Y yo soy tu casa. Te quiero.

No puedo dejar de quererte.

-Escúchame, mira, yo siempre me he sentido solo, siempre. Hasta que empezaste a quererme. Entonces yo pensé que lo mejor para ti era que me dejaras de querer, porque yo sabía que no era bueno para ti. Hice todo lo posible para que te alejaras de mi. Pero no me servió de nada, no puedo dejar de quererte. Porque cuando estoy contigo me siento distinto, me siento bueno, me siento mejor persona. Por eso no puedo dejar de quererte, no puedo aunque lo intente, aunque lo intente con todas mis ganas, no voy a ser capaz nunca. Si ahora mismo cayese una bomba atómica por aquí, que se lo llevase todo por delante pero que a mi me pillase abrazado a ti, me daría igual. Estoy loco por ti, y te quiero.
+Ya lo sé.

martes, 17 de julio de 2012

¿Y tú? ¿Por qué te enamoraste de mí?

Hay momentos en la vida en que una sola decisión, en un sólo instante, cambia irremediablemente el curso de las cosas. Cuando decides disparar a alguien, cuando decides quererlo o no quererlo, cuando decides tirar para adelante, cuando decides mentir, traicionar, ocultar o cruzar la línea. Ésa décima de segundo podrá hacer girar todo al lado oscuro, o inundarlo de luz. Podrá hacer de ti un héroe o un criminal, podrá llevarte al cielo o al infierno, pero siempre será un lugar desde el cual no podrás volver atrás.

Amores improbables

La real academia define la palabra "imposible" como algo que no tiene facultad ni medios para llegar a ser o suceder. Y define improbable como algo inverosímil, que no se funda en una razón prudente. Puestos a escoger, a mí me gusta más la improbabilidad que la imposibilidad, como a todo el mundo supongo. La improbabilidad duele menos, y deja un resquicio a la esperanza, a la épica. Que David ganara a Goliat era improbable, pero sucedió. Un Afroamericano habitando la Casa Blanca era improbable, pero sucedió. Que los Varon Rojos volvieran a tocar juntos era improbable, pero también sucedió. Nadal desmarcando del número uno a Federer. Una periodista convertida en princesa. El 12-1 contra Malta. El amor, las relaciones,  los sentimientos no se fundan en una razón prudente. Por eso no me gusta hablar de amores imposibles, sino de amores improbables. Porque lo improbable es, por definición, probable. Lo que es casi seguro que no pase, es que puede pasar. Mientras haya una posibilidad, media posibilidad entre mil millones de que pase, vale la pena intentarlo.

viernes, 13 de julio de 2012

Y qué mejor para un puto viernes 13

QUE ESTOY HASTA LA POLLA YA. Que si es lo que quieres pues aquí lo tienes oye. No me pienso tragar más el orgullo por un gilipollas de mierda que no se merece ni saber que existo. Ya he dado demasiado, por qué? Por una puta mierda. Que lo único que consigo es que me trates como a una "desconocida". Tu por tu camino, y yo por el mio. Tu síguete follando a las feas esas y yo seguiré sola, pero esperándote no, nunca más sorcio. Que el que volvió primero con el rabo entre las patas te recuerdo que fuiste tú, después del verano, que me acuerdo perfectamente. Que sí, que después volví yo, pero que no vuelvo más, ya tienes lo que querías. Nunca he sabido guardarle rencor a nadie, gracias por enseñarme. Te has pasado joder, y es que ya me importa tres cojones por qué estás así, ha sido la gota que ha colmado el vaso. A la mierda con todo, y contigo.